NUESTRA ABUELITA XISPA NOS DEJO

Xispa era nuestra perrita desde que la adoptamos en Junio de 2015, cuando tenia ya 10 años. 

Llegó a casa en muy mal estado, llena de heridas, con infección aguda en ojos, boca y matriz, pero sobretodo con un trauma psicologico que fuimos corrigiendo dia a dia.

Tras varias operaciones y tratamientos, pero sobretodo con mucho cariño, caricias, besos y cuidados, Xispa se fue recuperando y se convirtió en una abuelita feliz. 

Nuestra misión fue ayudarle a olvidar el pasado. Habia vivido toda su vida en un jardin, habia sido usada para criar sin freno y no sabia relacionarse con un humano más allá de verle como a alguien que le da comida y agua pero sin más. 

La hemos querido muchisimo, la ayudamos a recuperar la confianza sobretodo conmigo (mujer). Le enseñamos que las caricias son adorables y los besos se convirtieron en su pasion. Era de las que al escuchar un beso sonoro en el otro lado de la casa, venia corriendo para pedirlos en su cabezita, entre oreja y oreja. Con nosotros descubrió el gusto de acariciarle la barriga. 

Corria como dando saltos, dejando volar sus orejotas y moviendo el culo de una forma que nos hacia reir. 

A pesar de todo lo que habia vivido tenia energia para jugar o correr unos minutos. Pero lo que más le apasionaba era salir a pasear. A veces la llamabamos Cesar Millan por su alucinante capacidad de relacionarse con perros tranquilos, nerviosos, enfadados, ladrando o juguetones, porque ella siempre mantenia la calma y el respeto. A menudo la llamabamos CSI porque olisqueaba cada rincon como si estuviera buscando huellas o ADN. Era un amor. 

Cuando volviamos de pasear, algo que le encantaba, ella era de las que siempre queria entrar la última en casa porque asi se aseguraba que nadie quedaba fuera del hogar. Ese hogar que habia conocido a los 10 años y que le habia cambiado la vida. 

Xispa era muy glotona y siempre queria comer. Si te movias por la casa y te acercabas a la cocina, ella tenia un olfato y un oido que le hacian saltar de la cama y venir a ver qué habia para comer. Le encantaba el pavo y la manzana. 

Se adaptó de inmediato con sus hermanas perrunas, que la acogieron como una más. Con Berta dormian juntas y con Branca paseaban de la mano. Pero nunca queria pasar tiempo en el jardin aunque toda la familia si lo hicieramos. Para ella el jardin habia sido su lugar durante 10 años, hiciera frio o calor y tras conocernos, decidió que no lo volveria a pisar. Era muy hogareña. 

Xispa nos habia robado el corazon. La queriamos como a una hija más. Llevabamos unos meses que la veiamos de maravilla, en su mejor momento y siempre lo comentabamos asi. Pero hace unos dias, y de golpe y porrazo, todo cambió. 

En Fin de Año nos fuimos a una casa rural al sur de Francia con nuestra manada y todas se lo pasaron muy bien. 

Alli fue cuando tosió por primera vez pero no le dimos más importancia al hacerlo solo de forma ocasional hasta que el dia 4 de enero vomitó y como somos de los que consultamos todo con el veterinario, decidimos llevarla a revision. 

A partir de aqui vino nuestro calvario. La noche de Reyes fue diagnosticada de un cancer aterrador con metastasis de esos que son altamente agresivos. 6 dias después ha cruzado el arcoiris y aun no nos lo podemos creer. En cuestion de horas comenzo a tener dificultades para respirar y cuando dejó de comer, supimos que ya no acabaria bien. Con nosotros habia sido operada en 5 ocasiones, su salud estaba bien, sus análisis nunca mostraron nada mal. 

Un tumor en la glandula adrenal invadio la vena cava, ataco pulmones y seguramente algo más. 

Se da la casualidad que una de sus hermanas perrunas, Branca está operada del mismo tumor pero cogido con mucha antelacion y se trata de quimioterapia desde hace ya un año. Injusticias de la vida…

Este miercoles 11 de enero, hemos pasado toda la noche levantados acariciandola hasta que por la manana a eso de las 6 hemos decidido llevarnosla al veterinario. No la hemos dejado sola ni un segundo.

La hemos querido, mimado, abrazado, acariciado y cuidado hasta el ultimo minuto. Hemos estado incluso en el momento cuando cerro los ojos para demostrarle nuestro amor. Lo estamos pasando fatal. Su ausencia es irreparable. Nos falta su calor. Sabemos que necesitamos tiempo para asimilarlo pero actualmente estamos destrozados y nos cuesta hasta respirar. Nunca le podremos agradecer todo lo que ha hecho y todo lo que nos ha dado desde que llegó a nuestra casa. La querremos siempre y por supuesto nunca nunca jamás la podremos olvidar.